DIBUJOS
Se lee por ahí que el dibujo es el arte de representar gráficamente objetos sobre una superficie plana; base de toda creación plástica y un medio para expresar la forma de un objeto mediante líneas o trazos. Sin embargo, si me preguntaran qué es el dibujo para mí, diría que: el dibujo es en mí desde que tengo memoria. Siendo bien chiquita y vestida con un enterito que tenía un bolsillo en el pecho, atesoraba algunos lápices que me acompañaban en algún recorrido. Así, sobre las paredes de la casa aparecían ornamentadas con mis trazos, realizados muy concentrada, mordiéndome la puntita de la lengua y con mi cara a 5 cm de la pared. Luego de alguna penitencia, mis padres me regalaron blocks de dibujo y elementos para que disfrutara de mi burbuja creativa sin complicar con la limpieza de paredes a no más de un metro del piso. Mi Papá me enseñó las primeras herramientas, nunca olvidaré eso y de alguna manera pasé al grupo de los que diseñaban en casa, que no eran ni más ni menos que los otros cinco integrantes de la familia. Cada uno eligiendo la forma de expresarse que más lo representara: indumentaria, dibujo, idiomas, taller de arte y arquitectura, inventor. “Mi familia”, en la que siempre hubo creatividad y se valoraron estas capacidades. Hoy, con nuestros hijos ya adultos, me gusta reconocer que también les brindamos un hogar creativo y que desde siempre, anticipándome a que nos dibujaran nuestras paredes, les mostramos materiales, formas, colores y soportes hasta reciclados para que, decidieran lo que decidieran, siempre tuvieran el recurso creativo aplicable a toda la vida. El dibujo es para mí descubrir, acortar la distancia que hay entre cerebro y corazón a través de la mano. Mirar el modelo que se enfoque y traducirlo en trazos propios, tal vez realistas o tal vez reformulados porque tenemos un gran archivo de imágenes en nosotros que, con un lápiz en la mano, pugnan por mostrarse y tal vez modificarse…Siempre habrá sentimientos que darán a esas imágenes, nuevo significado. Al dibujo le dí la bienvenida desde siempre, pero en el transitar de mi vida observé, me dejé guiar, me formé -y sigo haciéndolo-, me apoyaron antes y ahora, pero sobre todas las cosas me di permiso y me animé. Dibujar para mí es empezar a vencer el miedo. Es el primer escalón y tal vez el último del puente de las ideas. Es en el hacer de esta disciplina que uno juega despojándose de todo prejuicio y lo más humilde que tiene es que se aprende. Es en mí lo que estructura mi trabajo final, el sutil esqueleto que queda ahí o que pasa a otro estadío si se decide presentarle la mancha como complemento.